¿Cuándo fue la última vez que dijiste "yo soy"? Tal vez en una presentación con una persona recién conocida: "yo soy Juan"; quizá respondiendo a la pregunta sobre a qué te dedicas: "yo soy enfermera"; o quizá cuando tratabas de explicar una conducta: "yo soy muy impaciente y por eso le grité". Es probable que no han pasado muchos días desde la última vez que dijiste esta frase en alguno de estos u otros contextos. Y en ese decir quién o cómo eres, muchas veces dejamos de lado una valiosa y gigantesca información, lo que creemos que "no somos", o lo que "efectivamente" no somos, al menos no en este momento.
Me decía una persona el otro día "yo soy gordita y amo comer y por eso no puedo bajar de peso". Cuando detenidamente reflexioné sobre sus palabras pensé "efectivamente". La diferencia es que el eso al que yo atribuyo su dificultad para lograr un cambio tal vez no está en el ser (en este caso, gordita) que ella concibe de si misma, sino en el creer que tal forma de ser le predestina a continuar indefinidamente siendo eso que cree que es y por lo tanto la incapacita para ser y hacer algo diferente.
A este creer, entender y definir nuestra persona se le llama autoconcepto, la imagen que cada uno tenemos de nosotros mismos. El autoconcepto no sólo se refiere a la esfera física, sino también a la mental y conductual, es influido por nuestra autoestima, nuestras experiencias pasadas y, de forma especial, por los mensajes que hemos recibido acerca de nuestra persona desde que éramos bebés.
Las cualidades o adjetivos que usamos para definir el concepto de nuestra persona, conductas, capacidades y habilidades son etiquetas que hemos aprendido al paso del tiempo y que nos han servido para darle un sentido a la historia que hemos construido sobre nuestras vidas y el mundo que nos rodea. Nos ayudan a construir nuestra identidad, para tener una carta de presentación para los demás.
El asunto con estas etiquetas es que si las entendemos como rígidas y permanentes se vuelven limitantes y nos pueden impedir llevar a cabo un cambio, tanto en nuestro autoconcepto, como en nuestras conductas. Pareciera que, tal como en la imagen de arriba, nos colgáramos estas etiquetas del cuello y fuéramos por la vida comprometidos con cumplir y ser eso que decimos que somos.
¿Qué sucedería si retaras a tu mente y hoy mismo decidieras dejar de ser "X" para convertirte en ese "Y" que siempre has soñado pero aún no has conseguido? ¿Cuáles son las inmediatas respuestas que vienen a tu pensamiento? ¿Te suena algo como "eso yo no lo puedo ser"? o "¿para que intentarlo?". ¿Qué emoción se recrea en ti al pensar en atreverte a cambiar eso que no te gusta sobre ti o la historia de ti? ¿Miedo, desesperanza, incredulidad? ¿Qué pasaría si te atrevieses a romper esos esquemas a pesar del miedo y descubrieras que efectivamente sí puedes cambiar? Tal vez, y sólo tal vez, sobrevendría una seguridad que hasta ahora no has saboreado.
Diversas posturas en el campo de la psicología moderna hablan de
la influencia que nuestras palabras tienen sobre nuestros pensamientos y
conductas. Tal es el caso de la Programación Neurolingüística (PNL) que
propone como fundamento la relación entre nuestras percepciones
sensoriales, nuestro sistema nervioso y el lenguaje como una guía que
determina una conducta y plantea este supuesto como una estrategia para
lograr cambios positivos en las personas. No es objetivo de esta
entrada el hablar a detalles sobre la PNL. Puedes consultar otras
fuentes si deseas profundizar en este tema. Lo que sí pretendo aquí es
invitarte a que reflexiones de qué manera la forma en que hasta hoy has pensado sobre ti mismo/misma impacta, o no, en lo que haces y sobre todo en lo que dejas de hacer. ¿Qué tan necesario te es seguir cargando tus etiquetas? O, tal vez, ¿es que ya te pesan un poco?
Si te interesa profundizar en este o alguno de los temas de este blog, llámanos al (669)985-2424 o escríbenos a contacto@nutrintegra.com
Las
programaciones limitantes, dadas por experiencias previas, nos impiden
triunfar y se deben a que posiblemente en el pasado se han tenido
aprendizajes perniciosos que nos han condicionado a no intentar
sobreponernos al fracaso; creando pretextos, excusas y justificaciones
que nos impiden tratar nuevamente para lograr lo que deseamos; para
atraer la felicidad, el éxito y la prosperidad.
Hoy
en día la PNL es un instrumento poderoso para reprogramar nuevamente la
mente e introducirle información acerca de todos los principios que
rigen nuestra mala experiencia, para así desbloquear esas falsas
creencias que se arraigaron en nuestra mente y que no nos permiten tomar
las acciones que conlleven los resultados que deseamos.
La
PNL parte de la teoría constructivista, que define la realidad como una
invención y no como un descubrimiento. Se basa en el hecho de que el
ser humano no opera directamente sobre el mundo real en que vive, sino
que lo hace a través de representaciones mentales del mismo, que
determinan la forma en que cada individuo percibe el mundo. Proporciona
herramientas y habilidades para el desarrollo en comunicación y reprogramación de
actitudes. Promueve la flexibilidad del comportamiento, la creatividad y
la comunicación, el pensamiento trascendental y una comprensión de los
procesos mentales, tanto para el desarrollo individual como para la
optimización de cada grupo humano.
La PNL es un
sistema para preparar -programar-, sistemáticamente nuestra mente
-neuro-, y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos con lo
que hacemos -lingüística-, logrando así una congruencia y comunicación
eficaz a través de una estrategia que se enfoca al desarrollo humano.
- See more at:
http://www.itesm.mx/wps/wcm/connect/snc/portal+informativo/opinion+y+analisis/firmas/dr.+jose+luis+ortiz+rosales/op(02oct13)joseluisortiz#sthash.sEIdJmUB.dpuf
Las
programaciones limitantes, dadas por experiencias previas, nos impiden
triunfar y se deben a que posiblemente en el pasado se han tenido
aprendizajes perniciosos que nos han condicionado a no intentar
sobreponernos al fracaso; creando pretextos, excusas y justificaciones
que nos impiden tratar nuevamente para lograr lo que deseamos; para
atraer la felicidad, el éxito y la prosperidad.
Hoy
en día la PNL es un instrumento poderoso para reprogramar nuevamente la
mente e introducirle información acerca de todos los principios que
rigen nuestra mala experiencia, para así desbloquear esas falsas
creencias que se arraigaron en nuestra mente y que no nos permiten tomar
las acciones que conlleven los resultados que deseamos.
La
PNL parte de la teoría constructivista, que define la realidad como una
invención y no como un descubrimiento. Se basa en el hecho de que el
ser humano no opera directamente sobre el mundo real en que vive, sino
que lo hace a través de representaciones mentales del mismo, que
determinan la forma en que cada individuo percibe el mundo. Proporciona
herramientas y habilidades para el desarrollo en comunicación y reprogramación de
actitudes. Promueve la flexibilidad del comportamiento, la creatividad y
la comunicación, el pensamiento trascendental y una comprensión de los
procesos mentales, tanto para el desarrollo individual como para la
optimización de cada grupo humano.
La PNL es un
sistema para preparar -programar-, sistemáticamente nuestra mente
-neuro-, y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos con lo
que hacemos -lingüística-, logrando así una congruencia y comunicación
eficaz a través de una estrategia que se enfoca al desarrollo humano.
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que nos impiden tratar nuevamente para lograr lo que deseamos; para
atraer la felicidad, el éxito y la prosperidad.
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mente e introducirle información acerca de todos los principios que
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creencias que se arraigaron en nuestra mente y que no nos permiten tomar
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PNL parte de la teoría constructivista, que define la realidad como una
invención y no como un descubrimiento. Se basa en el hecho de que el
ser humano no opera directamente sobre el mundo real en que vive, sino
que lo hace a través de representaciones mentales del mismo, que
determinan la forma en que cada individuo percibe el mundo. Proporciona
herramientas y habilidades para el desarrollo en comunicación y reprogramación de
actitudes. Promueve la flexibilidad del comportamiento, la creatividad y
la comunicación, el pensamiento trascendental y una comprensión de los
procesos mentales, tanto para el desarrollo individual como para la
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sistema para preparar -programar-, sistemáticamente nuestra mente
-neuro-, y lograr que comunique de manera eficaz lo que pensamos con lo
que hacemos -lingüística-, logrando así una congruencia y comunicación
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